Confía en Mí

Amaneció lloviendo, los árboles contaban que había viento y los pájaros habían decidido no aparecer.
El Cielo estaba gris y parecía estar más bajo que lo normal. 
Una niña lloraba y miraba al Cielo, quizá buscando una ayuda, quizá pidiendo explicaciones.
Sus ojos celestes se refugiaban en un Cielo color gris que de a poco se ponía de un gris mas oscuro. 
La lluvia mojaba su cuerpo, que ya casi derrotado, parecía no sentirlo. 
En una playa, en donde las olas eran las protagonistas por hacer fuertes ruidos, la niña esperaba una respuesta mirando el Cielo.

Hasta que se produjo el milagro.

Una mano tocó su espalda y la envolvió en sus brazos.
La niña cedió.
Esta mano secó sus lágrimas y besó su frente. 
No dio explicaciones ni tampoco se respondieron preguntas.
Tan solo bastaron tres palabras.

Confía en Mí.



Tan solo húndete en mis manos y confía en Mí.

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